La Parroquia, más que un lugar, debe de ser una comunidad de cristianos que, a impulso del Espíritu Santo, tratan de hacer realidad, en un lugar concreto, el Reino anunciado e iniciado por Jesús.
Pertenecer a una determinada parroquia no consiste solo en haber recibido Sacramento del Bautismo en la misma o en vivir dentro de la demarcación establecida por decreto o por ley ni en el haber recibido en ella algunos sacramentos; está en sentirla , está sobre todo en tomar parte activa en los actos de la Comunidad Parroquial, está en sentir , pensar, vivir y actuar como miembro activo en la Comunidad Parroquial.
Es necesario tener una misma fe, ser testigo de la misma con las obras y celebrarla con los hermanos.
Nuestra Parroquia
Nuestra comunidad cristiana, como todas las parroquias presta unos servicios sacramentales y de evangelización.
Vive la fe, comparte la fe y la celebra con los hermanos. La Parroquia no agota su misión iniciándonos en la experiencia cristiana.
En ella la experiencia crece, madura y se comparte de modo permanente. A través de la catequesis, de la formación cristiana, del trabajo y profundización en el conocimiento del Evangelio, se hace más presente en la familia, niños, jóvenes y ancianos; se hace presente en las alegrías, en la soledad y en el dolor.
La Parroquia renovada